El arranque de esta semana vino acompañado de la sentencia de la Audiencia Nacional, que avala que pausas de café y cigarrillo no formen parte de las horas de trabajo efectivas y que, por tanto, deban registrarse.
La noticia no ha dejado indiferente a nadie, desde los que creen que es del todo legal hacerlo (obviamente, viene avalado desde los tribunales) a los que pensamos que si bien es legal, no es una medida nada lógica y a continuación os cuento por qué.
Si hablamos de una cuestión legal, y teniendo en cuenta que no se ha podido demostrar que los trabajadores tuviesen ese derecho (disfrutar de las pausas como parte de su jornada efectiva), poco se puede cuestionar. Empresa X paga Y€ a trabajador Z por K horas de trabajo, y hasta aquí la relación laboral que se establece. Desde mi punto de vista, error.
Si hablamos de una cuestión de lógica, de relación entre adultos (porque las relaciones de trabajo son también relaciones), no tiene ningún sentido generar una dinámica paternalista en la que jefe H debe vigilar y asegurarse de que Z esté sentado en su silla durante las K horas. No tiene ninguna lógica por los siguientes puntos:
- Si tratas a tus empleados como niños, no esperes que se comporten como adultos.
- Si no confías en ellos, no esperes que ellos lo hagan en ti. Las relaciones adultas se basan en la confianza, no en la necesidad de estar constantemente vigilando a la otra parte. La premisa de cualquier contratación debería ser que existe la confianza en el buen hacer del contratado.
- Existe una cultura de presencialismo obsoleta y nada productiva. Horas de silla no correlacionan con productividad. Debemos empezar a medir la productividad en términos de impacto generado y no en términos de horas dedicadas, solo así podemos volvernos cada vez más eficientes y hacer escalable nuestro negocio.
Pensar únicamente en horas hace que nuestra capacidad de crecimiento se limite a 24, y todos sabemos que jamás llegaremos a ese límite. - Los descansos son imprescindibles para la productividad. La capacidad de concentración (el límite que tiene nuestro proceso de atención) es de ciclos de entre unos 110 y 90 minutos, si esta atención debe ser sostenida nos limitamos a 20 minutos. El cerebro necesita parar para poder funcionar de forma eficiente.
- Tomarse un café con los compañeros favorece las redes de apoyo entre los trabajadores, y eso repercute directamente en la felicidad del entorno laboral y, en consecuencia, de la competitividad de la empresa en nuestro mercado.
Teniendo en cuenta todo esto me encantaría dejar esta pregunta en el aire ¿que lo que haga como empresa sea legal significa que es lo mejor (y más lógico) que puedo hacer por mi empresa? Me encantará leer vuestros comentarios 🙂
Entiendo que sea necesario en determinados puestos regular la organización del trabajo: Líneas de producción, procesos continuos, etc. Pero no tiene mucho sentido extenderlo a todo. Por otro lado, me pregunto cómo quedará la situación post-pandemia. Cada vez veo más gente con el ordenador encendido en sitios raros «por si me controlan». Algo debemos cambiar en nuestras muchas organizaciones si esto ocurre. Debemos cambiar nuestras maneras de medir, organizar e incentivar. También debemos facilitar la «desconexión». Tener el email del trabajo en la mano siempre, no significa que estés disponible para el 24/7.
Completamente de acuerdo. No tiene sentido un sistema de trabajo basado en el control y el sobre presencialismo. Tratar las organizaciones como entornos maduros y adultos, compuestos por personas responsables que entienden cuál es su cometido y que cuentan con el compromiso de entregar aquello de lo que son responsables.
El resto ni suma, ni aporta, ni favorece una mejora de la productividad.